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Archive for the ‘RELIGIOSIDAD POP’ Category

finMi amigo Marselo (como “Marcelo”, pero con ese) es escritor. Escritor, amante de las buenas lecturas y fervoroso pensador de pavores mundanos y espirituales. Fue a ver la megaproducción del título y soltó un rollo anarco-marxistocalíptico que deseo compartir con los mansos fans de esta pantalloplatea. No sé si alguna vez subí un post tan extenso. Por eso, busquen un rato libre, aspiren una larga bocanada de smog y lean. Luego suelten ese aire sucio y disfruten de alguna otra cosa. Ya se va a acabar. Pero no el mundo, precisamente. En cuanto a lo que el comentario dice sobre la película en sí, ojo: tein spoiler.

El imperio recurrió a sus reflejos usuales ni bien la crisis de capitales sacudió al sistema, y produjo una película apta para todo el público que deba ser consolado ante el decaimiento económico; porque, en esta peli, como suele suceder, una vez más se vuelve a terminar el mundo. Así que… ¿crisis? ¿cuál crisis? ¡Crisis son éstas! Ciudades que se desmoronan, kilómetros de edificios que lentamente se reconvierten en montoncitos de cascotes; las calles y las autopistas cayendo a pique y los adorados autitos que vuelan a estrellarse hacia todos los abismos. Un escenario de regreso al caos primordial en el cual sólo el empeño, la decisión y la tenacidad de los típicos norteamericanos de película podrá lograr que unos pocos elegidos de la humanidad sobrevivan junto a las más valiosas obras del arte y la cultura, para garantizar que la civilización capitalista tal cual la conocemos continúe medrando sobre el planeta, ¿o acaso no es esto por lo que trabajamos día a día? Claro que, tratándose del imperio evangélico industrial estadounidense no va a resultar un fin del mundo así nomás, sino que se presenta con todas las claves que renuevan en la población las credulidades básicas que le brindan al sistema su compostura mítica, de modo que esta pecaminosa generación perecerá bajo las aguas en redivivo anegamiento de todo territorio, aunque más a tono con la modernización de las ideas, porque hoy en día cualquier simplón sabe que las nubes se forman por la evaporación del agua, y ya resulta difícil hacernos creer en un nuevo diluvio que pueda cubrir a tope los continentes.

2012 bisEso era cosa de otros tiempos, en los que podía aceptarse que la naturaleza actuara con toda desmesura, porque por entonces no se regía por las leyes físicas sino por la pura voluntad divina. Pero como a esta altura estamos enterados de que Dios nunca realiza su despliegue de grandes producciones sin respetar las reglas de la materia, para esta oportunidad las causas del desastre radicará en portentos menos conocidos, como son los fenómenos del sol, al cual le han brotado unas llamaradas descomunales que, por otra parte, reducirían a Mercurio a polvillo cósmico, y de ahí que hayan salidos disparados hacia el espacio unos neutrinos medio raros, como fallados (total, la gente qué sabe?), y que extrañamente no desintegran a nuestros organismos, pero que, al atravesar la Tierra, le recalientan el núcleo y ya está la explicación de porqué la corteza terrestre empieza a desmoronarse y se abren enormes grietas en todos los continentes. Y con este envase viene envuelto todo un manual de símbolos acerca de las moralejas sociales y de las reorientaciones políticas de última moda, en manera tan elemental que se hace evidente que los guionistas reconocen que los grandes públicos ya alcanzan un punto de evolución mental fronterizo con la imbecilidad. De estos muchos símbolos y modelos a divisar es dable resaltar la ya asentada noción de que el tipo afro y el tipo anglosajón comparten en igualdad de derechos las dignidades sociales, reiterándose el ahora muy previsible presidente afro, con el muchachito afro científico salvador que no es tan genio porque en algo se equivocó, pero que es noble y reconoce sus limitaciones. Para quienes sí no habrá salvación (supervivencia) será para el espécimen hippoide, referente de una cultura underground, muy loco, un extasiado que se cree talentoso y seguro se droga, pero tiene de útil que acopia una información que le va a servir a la gente buena de veras. Al parecer tal vez se salvarán el cirujano de implantes mamarios y la chica que se operó con él, y quien, pobre, se sentía a gusto con su cuerpo, hasta que, débil ella, aceptó siliconarse por presión de un hombre inescrupuloso. Tanto el cirujano como la chica son buenos pero sin mucho carácter y lujuriosos y llegarán hasta ahí, pero no, tampoco para ellos habrá. ¿Y quiénes se salvan? Pues, los principales gobernantes, un montón de seleccionados por su excelente bagaje genético y además los multimillonarios del planeta, que con el aporte de sus fortunas proveen a la construcción ultra secreta de gigantescas arcas modernas anti-sunamis que salvaguardarán este semillero para una nueva era de oportunidades. Y es gracias a esta película que nos enteramos lo beneficioso de que existan estos potentados (qué equivocado estaba Jesucristo acerca del tema), porque sino fuera por el dinero y la sana cuota de egoísmo de los ricos no hubiera habido ni barcos ni futuro para nadie, porque, como se sabe, no se podría confiar en que un Estado se ocupara de toda la cosa, siendo como son los Estados de corruptos e ineficientes, no?

2012¿Puede el pueblo de los EE.UU. creer que su país está en condiciones de concretar este colosal mega-proyecto en un secreto absoluto? ¡No! Donde puede creerse que suceda es en la China, gracias a que hoy en día ambos países andan con tantos buenos lazos; como, por ejemplo, el que cierra el circuito de la fabricación yanqui de granos transgénicos para que la China compre soja para forraje, y todo esto, a no dudarlo, muy bien visto por Dios. Y entre medio una perla maravillosa: ¡Una mención para la Argentina! ¡Sí! ¡Nos nombran! Un mimo que nos otorga el primer mundo en función de haber puesto nuestros campos al servicio del monocultivo y del envenenamiento agroquímico. Similar situación a la de aquel otro engendro fílmico de Invasión a Marte, donde nos hacían el honor de que Buenos Aires fuera destruida por los disparatados bombazos interplanetarios de unos bichos marcianos, como pago a nuestro ingreso noventista en la guerra del Golfo. Y tenemos muchos más mensajes que se derraman desde 2012. Aparecen los trabajadores, así, con todas las letras, quienes construyeron las arcas pero están destinados a quedarse afuera, aunque a último momento podrían ser incorporados gracias a los generosos oficios del muchachito afro y a pesar de la oposición del frío anglosajón que organiza todo, mediante las conmovedoras palabras pronunciadas por el digno representante de ese pueblo que ha sabido lo que es sufrir la exclusión, y ganando el favor de los gobernantes del mundo ahí reunidos, que dan su aprobación paran que las compuertas se reabran y los laburantes que se quedaban afuera mirando también puedan pasar, junto con los escogidos para formar parte de una de las arcas que ha quedado inutilizada. Sin embargo observamos con claridad que cuando la masa de esta gente desesperada se acerca hasta el arca que se está cerrando, un individuo con casco y uniforme de obrero cae al vacío que separa a la nave del andén de embarque (como un foso de castillo medieval), dando la impresión de que esa clase social en realidad no tiene muchas esperanzas.

2012 trisNo se salvará la Iglesia Católica, ya que en Vaticano se quedan rezando confiados en la piedad divina, lo mismo que el presidente italiano, que perecerá por representar la devoción de ese pueblo tan devoto, y eso que aún no lo habían aporreado. Y para dar un guiño de complicidad con la potencia amiga también se salva la humilde familia de campesinos chinos, pero, eso sí, no sin un sacrificio, porque a pesar de sus venerables valores ancestrales, claro, todavía les falta evangelizarse. Y se salvan los hijos del mafioso ruso, que a pesar de ser mafioso tiene la nobleza propia de todos los millonarios y sabe dar su vida para que sus hijos trepen (al principio los rusitos parecían jodidos, pero al contacto con la familia norteamericana elegida se vuelven de buena madera). Y esta familia estrella de la peli se salva por el heroísmo de papá anglosajón, que tras mil peripecias en pos de colar a su familia en el arca (hecho que, además, requiere una mano de la suerte-Dios que siempre va al lado de ellos), y de paso logra salvar al arca misma, justo cuando todo estaba perdido (y acá se ve que el frío anglosajón organizador no estaba del todo errado, ya que por haber hecho entrar a los que quedaban en banda casi se provoca un desastre, vieron?), y cuando papá anglosajón, que parecía haber muerto, surge de las aguas con el último aliento, todos en el arca festejan y ríen como chifladitos, como si eso fuera lo importante y no el que miles de millones de personas estén muriendo en ese instante, tal como el sabio hindú que fue el cerebro que anticipó este apocalipsis y que muere porque, bueno, los hindúes son admirables pero aún no cuentan entre los grandes-grandes del mundo. Y un saludito también para Brasil y chau Río de Janeiro. No obstante, acá lo más importante de todo es que cuando empieza el reflujo de las aguas, resulta que la nueva tierra prometida resulta ser el lugar de África donde aparecieron los primeros homínidos, lo cual queda debidamente explicitado, para así dejar por zanjado el enojoso asunto ése entre evolución o creacionismo, respaldando el punto de vista científico y que se termine el conflicto ideológico entre las distintas posturas evangélicas en los EE.UU. Y quedarán otras cosas más por sumar a este ligero análisis, pero no tengo más tiempo, así que les dejo el encargo de encontrar los mensajes que faltan. Hasta aquí llego. Gracias por atenderme y habrá que ir pensando en cómo vendrá la siguiente superproducción de cine catástrofe evangélico, ya que no sabemos si habrá un próximo fin del mundo, pero seguro lo que sí va a haber serán nuevas crisis del capitalismo, y no porque los mayas las hayan profetizado, sino porque Carlos Marx las predijo.

MARSELO

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¿Qué planes tenés para 2012?

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2010 Felicidades

«¡Se viene! ¡Se viene!» Ciertos pajarones acostumbran amedrentar a los espíritus sensibles soltando cada tanto el mediocre anuncio según el cual se viene el fin de los tiempos.
Nadie debería asustarse: el mismo chantaje se presentó una y otra vez, y la Tierra gira y gira.
Si llegara a ser cierto y en tres años se pudre todo, ¿qué hay? Magia Crítica te invita a disfrutarlos. Antes del fin del mundo ¡seamos felices!
Y si la profecía vuelve a fallar, pues a seguir celebrando.
No desaprovechen oportunidades para festejar.
Es de las pocas cosas que vale la pena intentar.
Hasta eEl enlazador de mundosl último suspiro.

Nota: En los blogs, los editores son los lectores. Martín Pereyra y Marcelo M. detectaron una metida de pata antes que nadie.  «Quedan dos años» antes de diciembre de 2012, escribí hace un rato, cuando es obvio que faltan tres.
Gracias por tan amable atención.

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Dos ateos militantes salieron a golpear puertas, tocar timbres e interceptar transeúntes para predicar la inexistencia de Dios. Visitaron Salt Lake City, Utah, estado donde cerca del 60 % de la población es mormona.
Llevaron bajo el brazo un ejemplar de El origen de las especies, escrito por el profeta secular, Charles Darwin, y muchas pero muchas ganas de explicar por qué la Santa Biblia es puro cuento.
En este videíto, que conocí gracias a Moisés Garrido, muestran cómo les fue.

¿Cómo reaccionas cuando un mormón o un Testigo de Jehová toca tu puerta?

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El origen de las especies por medio de la selección natural. Por Charles Darwin

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El Gauchito Kali, o la Diosa Gil, ¿baratija populista o acierto diplomático?Este año mis hijas fueron dos veces abanderada y escolta en una escuela pública (donde no hay profe de informática pero tienen varias pecé); mi novia Teresita Escario termina un curso de posicionamiento en webs mientras yo me desayuno (después de casi un año de pataleo) que este blog -dejado y anti-comercial- recibió el mes pasado más de 9000 visitas; Paco -el tutor de Oliverio- sigue buscando dueño a un perrito callejero mientras ambos se preparan para reventar Mu el 6 de noviembre; mi amigo Alejandro Borgo firmó contrato con Editorial Planeta para escribir un libro sobre sus temas; en España, mi segunda patria, el Colectivo de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales escandalizó a la Iglesia al presentar su Calendario Laico 2010, donde los íconos del travestismo madrileño posan como vírgenes; y, para rematar octubre, Cristina Fernández regresó de su travesía por la India sin hallar rastros de Julio López no sin dejar una glamorosa estela de diplomacia de santería: según la revista Barcelona, la Jefa de Estado le obsequió al Gobierno una estatuilla del Gauchito Gil con ocho brazos, en alusión a la diosa Kali. “La idea era regalar algo que fusionara la cultura milenaria gauchesca con las creencias de estos tipos”, reflexionó un allegado al canciller Jorge Taiana (déle un doble clik a la imagen de arriba, señora).
El Calendario Maya –que me tiene por enlazador de mundos– me vaticinó un año negro. Pero la Diosa Gil, o el Gauchito Kali, me susurra que no va a terminar tan mal, a pesar de todo.

Calendario Laico 2010: Galería


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Halloween 31-10-09

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¿Sabías qué muestra uno de los videos más visitados en YouTube? Una boda. Los que se casan, hasta hace poco, eran unos completos desconocidos. Pero el video, on-line desde el 19 de julio de 2009, explotó con 3,5 millones de visitas durante las primeras 48 horas y ya alcanzó 23 millones, informa Conectados, el blog de Gastón Roitberg. Evidentemente, no es una boda cualquiera. Cuando disfruté del video por primera vez, no imaginaba cómo podía relacionarse este divertidísimo casamiento con las extravagancias culturales que suele tratar Magia Crítica.

Ahora necesito pedirte un favor. Quiero que veas el video (en lo posible, cuando puedas pasarlo con sonido). Dejá avanzar el material unos minutos. Lo ideal, hasta el minuto 4 (cuando la novia se suma a la fiesta). Si no te divierte, hacé pausa. Para llegar al punto es indispensable ver el video, pero no hace falta verlo en su totalidad.

Es una situación infrecuente ¿verdad? No es el tipo de bodas que suelen oficiar las iglesias convencionales. Estalla un clima muy apropiado para la estación del año, la escena fluye florida y primaveral. Los tortolitos son Jill Peterson y Kevin Heinz. Son el uno para el otro, y el video es el colofón -original y a toda marcha- de una gran historia de amor. Este video casero catapultó a Chris Brown, intérprete del tema “Forever”, y fue explotado por varias tiendas digitales. Aquel lindo momento se convirtió en un negocio millonario. En su web oficial, Jill y Kevin explican que decidieron destinar la recaudación al Sheila Wellstone Institute, una organización dedicada a “poner fin a la violencia doméstica en las comunidades norteamericanas y en el mundo”. Fue un modo de evitar malos entendidos. Impecable medida para preservar al amor de uno de los peores pecados posibles: la sospecha de codicia.
Ahora bien, es fácil suponer que, después de ver el video, algunos habrán sonreído y otros (seguramente otras) habrán soñado con haber protagonizado (o disfrutar algún día) una boda similar. La experiencia nos deja una sensación agradable, tal vez nostalgias por no haber estado ahí y hasta ganas de bailar.
A esta altura debo informar algo más: Jill y Kevin pertenecen a una extraña secta.
Te invito a saber cómo continúa esta historia acá.

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Gurúes: ninguno como Soy Baba

A lo largo de 25 años he conocido a muchos gurúes, iluminados, profetas e intermediarios con toda clase de divinidades. Son muchos, pero no tantos como para no poder armar una lista. Ninguno de ellos fue, o es, mi enemigo (¿es posible entrevistar a un enemigo?). Es más, creo que algunos -sobre todo los vivos- aceptarían mi amistad en Facebook. He entrevistado o compartido momentos con tantos personajes procedentes de tradiciones religiosas o filosóficas distintas que me confieso incapaz de encasillarlos. Sin otra jerarquía que el orden de llegada a mi memoria recuerdo a Juan Percowicz (el “maestro Juan”, fundador de la Escuela de Yoga de Buenos Aires), Ricardo Javier Ocampo (el “maestro amor”, hoy en la cárcel de La Rioja), José Argüelles (líder Convergencia Armónica), el quechua Luis Espinoza (Chamalú), la visionaria uruguaya Hada Esmeralda Gutiérrez (Madre Esmeralda), Claude Vorilhon (Raël, profeta del movimiento Räeliano), el pastor Héctor Giménez (el de las Buenas Ondas), la sacerdotisa new age Emy, Sun Myung Moon (fundador de la Iglesia de la Unificación), José de Paiva Netto (presidente de la Legión de la Buena Voluntad), el alquimista angélico Claudio Páleka (Obispo Iglesia Mariavita), el Swami “Carlitos” Pranavananda (líder Círculo de Yoga India), el sacerdote inca Quetza-Shá, el electricista Juan Alfredo Unger (líder Las Ocho Reinas), el estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni, don Pedro Romaniuk (fundador de la FICI), el contactado evangélico Guillermo Romeu (Fundación Ashtar/Radar 1), Francisco Checchi (Grupo Alfa), Dante Franch (Fusión para el Encuentro Cósmico), Sergio De los Santos (ex líder Bienaventuranza Cósmica), Abraham Ergom (líder Proyecto Arcadia), los hermanos Carlos-Verónica y Sixto Paz Wells (fundadores de Misión Rama), el español Luis José Grifol, el norteamericano James Hurtak (líder de la Academia para las Ciencias del Futuro), el panameño Iván Karica Durán («reencarnación de Jesús», líder de la Hermandad Cósmica Hamir), el antropólogo hermético Guillermo Terrera, la cuyana Verónica Lisana (Kervher, ahora en Canadá), Perla Perviú (La Capitana, o la Madre Magnética), Dana Tir (Chamana Urbana), Lice Moreno (Asociación Adonai), el canalizador porteño Jorge Olguín (‘reencarnación de Juan Zebedeo’, del Grupo Elron), el chileno Carlos Warter (quien en trance incorporaba al Maestro Multidimensional Zarkar) y sin duda otros, y otras, cuyos nombres ahora se me escapan.

¿Qué onda estos gurúes? Un adjetivo, dos, tres, o más, no puede abarcar a nadie. Pero, como en las viñas del Señor, hay de todo: seductores, pícaros, suicidas, profundos, chantas, generosos, losers, locos, amorosos, criminales, brillantes, manipuladores, sensuales, indecisos, abusadores, verborrágicos, egoístas… Quiero decir: no sólo he conocido a muchos, sino a toda clase de gurúes.
Pero ninguno me hizo reír tanto como Soy Baba.

(Gracias a Daniel Riera por el enlace al programa de Peter Capusotto y sus videos que acompaña el post).

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“Nunca subestimes una profecía, y no porque pudieran ser ciertas, sino porque nunca falta alguien que se las toma en serio”, comentó mi amigo, Manuel Borraz, cuando leyó que el responsable del intento de secuestrar un avión en México creía que ese día, el 09.09.09, cifraba el número de la Bestia. El criptograma que descifró Josmar Flores Pereira, el pastor evangélico que amenazó con hacer estallar una bomba en el Boeing 737 de Aeroméxico, era modesto: 999 es 666 al revés. Una revelación divina, en resumen, le advirtió que un terremoto destruiría México. Para hacerse escuchar por el presidente mexicano, Felipe Calderón, subió al avión, no con una bomba, sino con dos latas de gaseosa Jumex llenas de tierra, a las que decoró con luces de colores. Pero su intervención causó verdadero pánico.

Josmar¿QUIÉN ES JOSMAR? La biografía de Flores Pereira, nacido el 21 de mayo de 1965 en Santa Cruz, Bolivia, puede llevar a alguno a preguntarse por qué no hizo estallar una bomba de verdad. Según su relato, su temprana adicción al alcohol y las drogas lo llevó matar a un amigo, a robar el coche del padre y asaltar un comercio. En la cárcel se hizo cristiano. Pero no soltó el alcohol ni la cocaína. Hasta sus hermanos lo querían matar. Cuando salió de la penitenciaría, intentó quitarse la vida. Su padre lo amarró a un sillón, lo vistió de mujer “para que no saliera a buscar droga” y lo mandó con pasaje de ida a México. “Cuando no encuentres a nadie, busca a Cristo”, le pidió su madre, María Pereira. “Su padre lo envió allá para que algún extranjero lo maté en ese país”, agregó. Regresó a Bolivia irreconocible: se había reencontrado con el cristianismo. Se hizo cargo de la empresa del padre y se casó. Pronto recayó en las garras de Satán. Y volvió a México, donde se reconcilió con Jesús y vivió los últimos 17 años. Allí levantó el templo evangélico “Éxito Familiar”, puso un restó en Cancún y dio testimonio de su conversión en canciones y videos.

COSA SERIA. Lo malo de las profecías es que muchos creen en ellas contra toda evidencia. Pero ¿realmente no hay que tomárselas en serio? En un sentido, sí: las profecías causan preocupaciones reales entre quienes se las toman al pie de la letra y sólo por esto deberían interesar a los escépticos: siempre vale la pena conocer las ilusiones, temores, desvelos, dudas y asombros de los otros. Si, además, somos capaces de identificar posibles incidencias peligrosas, tal vez estaremos a tiempo de hacer un intento por desactivar sus efectos.

También hay simplificaciones mezquinas, como las de quienes reducen el vaticinio y la adivinación a ensoñaciones de astrólogos, brujos y sacerdotes. Algunas profecías autocumplidas desbordan el contexto mágico-religioso. Hallamos ejemplos de sus efectos en la prensa, la economía, la política y la ciencia popular. Anuncios alarmistas generan desabastecimiento y hambrunas, falsas noticias desatan corridas bancarias y el discurso de ciertos políticos puestos a futurólogos son causa de diversos conflictos sociales.

Internet va en camino de sepultar a los diarios, y no lo digo por creerme profeta sino porque es la primera plataforma que ha convertido a los medios en una cosa viva. Hoy, los post que dejan los lectores de los diarios digitales enseñan más que las noticias.
Josmar asegura no estar arrepentido. Los que creen que su acción fue la de un fanático sin base social deberían leer los mensajes que dejaron otros evangélicos en el diario La Voz Libre.

Los titulares hablan de un “sujeto peligroso”, de un “pastor loco” y lo acusan de haber fundado una “extraña secta”. Su propia esposa afirma que sufre “trastornos psicológicos”. Hacer un diagnóstico clínico de su visión extrema de la fe -estos adjetivos que tanto lo alejan del perfil del pastor convencional- ¿ayudará a comprender lo que representa su performance, sin duda emergente de un fenómeno más complejo? Basta recordar que sus seguidores lo consideran un visionario real, que los senderos de Dios son inescrutables y que alguna razón debió tener para hacer lo que hizo. Con todo, ya sabemos cuál de todas esas definiciones ganará en la competencia. Pero en otros niveles las cosas son bastante diferentes.

Enlaces

Josmar Flores Pereira. Página oficial.

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Santa Gilda. Imagen canónica de la maestra devenida en Santa.Se cumplieron 13 años del accidente que segó la vida de Gilda, nombre artístico de la cantante de cumbia Miriam Alejandra Bianchi y ungida “santa” por obra y gracia de una combinación de factores, algunos económicos y otros definitivamente sentimentales. Sus fans generaron un culto, que se dividió entre aquellos que niegan sus aspectos religiosos (aunque le hagan pedidos o agradezcan los milagros que, según creen, Gilda obró en sus vidas) y los “promeseros”, quienes la adoran sin disimular la intensidad de su devoción. De la historia de este pequeño pero apasionante culto tropical recomiendo dos artículos. Uno, a cargo del doctor Roberto Bosca, es Gilda: El Ángel de la Bailanta. Reflexiones sobre los cultos populares y del Star System en la Argentina (Scripta Ethnológica, Vol. XX, CONICET, 1998). El otro, No me Arrepiento de este Amor. Fans y devotos de Gilda, una cantante argentina, en CS&R Vol. 6, No 6 (2004), resume la extraordinaria investigación de campo que realizó la doctora Eloísa Martín entre 2002 y 2003. Invito a bajar ambos trabajos para leerlos con tranquilidad. La vida de Santa Gilda, y la de sus seguidores, atesora sorpresas desconocidas.

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Victor SueiroVolvió Misterios y Milagros, el programa de Víctor Sueiro. Vi los avances de la reposición y me azotó un temporal de recuerdos. Entre ellos, la historia de mi amistad, rara y entrañable, con el mismísimo Sueiro.
Pese a que habíamos compartido la redacción de la revista Conozca Más, nunca nos cruzamos. Recién nos conocimos a propósito de una crítica que escribí sobre su programa, Milagros catódicos: el caso del sonajero roto. (En resumen, sus milagros religiosos eran como sonajeros donde sólo había que disfrutar del sonido; mi tesis, que disfrutaríamos y aprenderíamos mucho más abriéndolos, revisando qué hay en su interior.)
Pese a mi tono respetuoso, di por descontado que esa nota no le iba a gustar. Aquella crítica, además, era parte de un dossier que incluía su biografía, un debate “a distancia” que mantuve con él, una reseña sobre su pésima relación con la prensa (a raíz de un artículo de Andrea Rodríguez en la revista Veintitrés), y un inesperado ensayo crítico del antropólogo Alejandro Frigerio.
La primera reacción de Víctor fue un extensísimo mail que envió a mi viejo sitio, Dios! “Querido Dios -escribió- fue magnífico descubrir que tenés email. Al principio dudé del origen de la página web que lleva tu nombre, pero enseguida advertí que eras vos porque nadie más puede juzgar a otro de la manera en que allí lo hacés conmigo.”
Así comenzaba el primer mensaje de un filoso sainete de ironías a dos puntas. Cuando el chiste Sueiro-Dios / Dios-Sueiro no dio para más, le pasé mi número de teléfono. Me llamó un domingo a la tarde y conversamos durante casi dos horas. Yo creía que Sueiro trataba de hacerse amigo de los periodistas que se interesaban en sus asuntos para inhabilitar posibles críticas. Ése era mi prejuicio.
¿Qué sucedió de ahí en más?
No puedo jurar que «te vas a emocionar». El mío fue un hallazgo modesto y sin duda obvio para quienes lo conocían. Descubrí que Sueiro era una persona auténticamente enamorada de su Dios. Lo cual justificaba, por ejemplo, que le perdonara todo. Así me lo confesó cuando le enumeré cierta cantidad de tragedias naturales que –de haber un dios- no deberían suceder.
Nuestra charla siguió casi sin tropiezos hasta que admitió que si alguna cosa lo iba a hacer feliz, eso iba a ser convertirme a su fe. Cuando le dije que yo era un caso perdido, dobló la apuesta: “Lo decís porque no conociste a Jorge de Luján Gutiérrez (director de la revista Gente) cuando era un agnóstico empedernido”. Tras jactarse de haber hecho tambalear la incredulidad del editor, me siguió hablando como hablaba todos los Lunes, de 22 a 23 horas. Me dijo que para él no había nada más altruista que darle a una persona querida lo más sagrado que recibió en la vida (en su caso, la fe) y que él estaba dispuesto a hacerme ese regalo a mí, que tanto interés había demostrado por su trabajo.
Yo lo desalentaba, pero a él no le importaba.

Francisco García, el contactado que en 1973 predijo un aluvión de ovnis en Chascomús (atrás, Javier Alfonsín, hijo de don Raúl).Cada tanto nos enfrascábamos en amenas conversaciones telefónicas llenas de anécdotas desopilantes y mitos derrumbados. Por ejemplo, una historia que lo puso al borde de la Laguna de Chascomús. Según se rumoreaba, en 1973 él había tratado de evitar que una muchedumbre enardecida tirase al agua al contactado Francisco García. Como cuento en Invasores, la producción de Sueiro había invitado a García a su programa Telenoshow. Allí, el contactado anunció que una formación de cincuenta platos voladores iba a descender en la laguna. ¿La verdad? Cuando se hizo notorio que las naves no iban a aparecer, el que casi acaba ahogado fue García. Victor se rajó, silbando bajito, con su cameraman y un productor.
A propósito de aquella anécdota, le comenté que estaba escribiendo un libro de historias sobre extraterrestres. “Lo voy a leer encantado -me dijo- porque sé que cada dato va a estar en su lugar”. Me colmó de orgullo, pero también de responsabilidad.
En sus programas, en sus libros, en infinitos reportajes, Sueiro habla de esperanzas en las que yo no creo. Pero no sólo sería ingrato, también cometería una enorme injusticia silenciar que la ilusión que Sueiro puso en mí fue un horizonte que no quise defraudar.
Yo seguí opinando libremente sobre las experiencias cercanas a la muerte y sobre el papel que Víctor Sueiro había desempeñado en el imaginario católico-paranormal de los argentinos. Él no me dejó de llamar ni de atender mis llamados. Jamás me hizo un solo reproche. No, Víctor no logró convertirme a su fe. Pero yo conseguí algo muy importante: su amistad.
Su porfiado corazón dejó de latir allá por diciembre de 2007. Quedó pendiente una cena que me hubiese encantado concretar. Pese que entre las creencias suyas y las mías había un coro de ángeles, para él, y un abismo silencioso para mí.

Enlaces

Milagros catódicos: el caso del sonajero roto. Por Alejandro Agostinelli

Víctor Sueiro (su biografía en Dios!)

La clase media va al Paraíso. Por Alejandro Frigerio

Sueiro Vs. Veintitrés: ¿El “periocatolicismo” enfrentado con el “periodismo progresista”?

“Con la fe no se jode”, asegura Víctor Sueiro. Por Judith Gociol

Sueiro-Dios! Lo que se dijeron uno al otro en un diálogo revelador

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El video corresponde al noticiero 12Minutos (en inglés). El exorcismo completo está aquí.

“¡Ven, demonio homosexual, sal de ahí y abandona este espíritu! ¡Afloja tu puño, Lucifer!”, grita una mujer, asistida por un morochón grandote. “¡Ahora mismo, en el nombre de Jesús!”, continúa. Patricia McKinney –pastora de la iglesia Manifested Glory Ministries– no expulsa demonios de cualquier espíritu caprichoso. Ella se especializa en liberar del cuerpo de los fieles al “culpable de su homosexualidad”. Que no es otro que el mismísimo Diablo.

El ministerio de McKinney funciona en Bridgeport, Connecticut, Estados Unidos. Los grupos que velan por los derechos de la comunidad gay-lésbica pusieron el grito en el cielo. Es que -si ya tienen bastante que lidiar con la Iglesia Católica, que considera a la homosexualidad una enfermedad- ahora tienen que enfrentarse con grupos evangélicos que equiparan su opción sexual con la posesión diabólica.

McKinney se defiende. Dice que el exorcisado es mayor de edad. Que acudió a su templo pidiendo ayuda. “Pensamos que un hombre debe estar con una mujer y una mujer con un hombre. No tenemos nada contra los homosexuales. Simplemente, no estoy de acuerdo con su estilo de vida”, dijo a una agencia.

EXODO ROSA. Si la Iglesia Católica condena a la homosexualidad por decreto papal, ciertas congregaciones evangélicas no les van a la saga. Una de ellas, Exodus Internacional, ofrece terapias para “corregir la distorsión”. Hace unos años, un dirigente argentino se les dio vuelta. En 2007 dio a conocer en Youtube el retorno a “su” normalidad. Durante diez años, José Luis Maccarone lideró una sección de Exodus, uno de los más poderosos ministerios que reúne a ex gay. Dios -creía José Luis- no lo había creado “así”. En Exodus ocupó cargos jerárquicos. Su vida llegó a ser un símbolo. El testimonio de su conversión, cuenta, representó una esperanza para muchos evangélicos homosexuales que lo seguían. Pero en su mente libraba una lucha secreta. Tanta responsabilidad se tornó un infierno para él. Hasta que explotó. Se sintió un traidor, y ya no lo pudo manejar. Al punto que decidió quitarse la vida. Falló. Sobrevivió para contar que el grupo le hizo vivir una vida de fantasía. Su condición sexual era una cárcel y quiso dejar de ser un “ex gay”. Cuando salió -lo dice en el video- se sintió “como un bebé en una autopista”. Su experiencia no es menos dramática que la de la exorcista yanqui que expulsa diablitos gay del closet en nombre de Jesús.

Enlaces
Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM)

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¿Oyó usted hablar del varkulets? Quizá no. Pero no hay de qué preocuparse, no es una omisión grave en su cultura general: este idioma es parte de una tradición hermética. La extraña lengua fue difundida por Eustaquio Zagorski (1904-1981), un contactado polaco establecido en la Argentina en 1929 que atendía una sastrería familiar en el barrio de Avellaneda. En los sesenta disfrutó de una módica fama cuando pasó por Sábados Circulares de Mancera. Soltero a sus 68 años, en 1973 se definía como católico, buen lector de la Biblia y memorioso. Tanto que alcanzaba a recuerdos de sus vidas anteriores. En junio de ese año, Eustaquio le confió al diario La Razón que era visitado desde 1967 por dos seres de otro mundo. No eran distintos de los humanos salvo por su mentón, algo prominente. Zagorski juró que los visitantes eran oriundos de Ummo, un planeta en órbita alrededor de la estrella Wolf 424. Sus embajadores en la Tierra remitían por correo ordinario informes científicos donde reiteraban el ruego más inquietante que alguien puede esperar de extraterrestres de verdad: “Por favor, no nos crean”.

FIERRO PHONE HOME. El encuentro de Zagorski con los ummitas no fue tan extraordinario como otro que sucedió el mismo año en el Observatorio Astronómico Adhara de San Miguel, provincia de Buenos Aires. En el edificio, también sede de una misión jesuítica, Eustaquio fue recibido por el padre Benito Segundo Reyna (1900-1982), el más famoso religioso de la época interesado en los ovnis. Durante la charla, el contactado le explicó el origen del varkulets mientras el sacerdote examinaba un voluminoso manuscrito. Era una versión del Martín Fierro traducida a un idioma extraterrestre. La primera referencia conocida del incunable aparece en el libro Martín Fierro en el mundo de los idiomas (2003), escrita por el comodoro (RE) Santos Domínguez Koch (1926-2008). Tras algunas morosas gestiones, logré conversar con el autor del más completo catálogo de traducciones del poema fundacional de la literatura gauchesca. Quedamos en compartir un café en su casa, donde me iba a permitir hojear el maravilloso texto. Por teléfono, el militar me adelantó que en 1978 recibió en su oficina a un señor mayor acompañado por un sacerdote. El traductor sacó de un maletín el ejemplar y un bolígrafo, con el que escribió una dedicatoria en varkulets, como llamó a la lengua desconocida.

En su bibliografía, Domínguez apuntó que el varkulets era una lengua indoamericana. Mi información, le dije, era distinta. El idioma había sido utilizado por una sola persona: Eustaquio Zagorski.

El trotamundos polaco nunca había ocultado haber aprendido la lengua de los extraterrestres. Más bien, se ufanaba de ello. Yo esperé que Domínguez Koch rechazara mi comentario con indignación, sorpresa o con una carcajada, pero en la línea se produjo un silencio.

–Lo conversamos personalmente ¿le parece?

Me pareció bien.

Nuestro encuentro se fue postergando hasta que una zancadilla del destino la sepultó para siempre. El comodoro falleció el 2 de abril de 2008.

La historia del lenguaje de Ganímedes no hubiera trascendido la nota al pie si el padre Reyna no hubiera propuesto a Zagorski un ambicioso desafío: traducir el Martín Fierro a su lengua materna. Eustaquio y el padre Reyna visitaron a Domínguez Koch cuando éste coordinaba la División O.V.N.I. del Servicio de Inteligencia de Aeronáutica. Cuando el militar vio los poemas dibujados en esa exquisita caligrafía alienígena decidió comenzar a coleccionar las traducciones de la obra de José Hernández (1834-1886). Reunió cuarenta. Ninguna tan rara, inspiradora y a la vez familiar como el varkulets.

Zagorski también intercambió alguna correspondencia con el doctor Oscar Galíndez, un joven abogado cordobés que presidía el Círculo Argentino de Investigaciones Ufológicas (C.A.D.I.U.). En los setenta, Zagorski le envió un manuscrito de doscientas once páginas. En los primorosos caracteres del varkulets, impresos en carbónico azul y semejantes a trazos arábigos, el contactado exhumó su vida en el satélite de Júpiter. En 1974, Galíndez publicó un estudio lingüístico donde develó que tanto la fonética como la sintaxis del varkulets eran una mera trasposición del castellano. El lenguaje de Ganímedes no tenía identidad propia: era una creación consciente inspirada en el español. “No hay ninguna fundamentación científica –escribió Galíndez– para sostener su procedencia extraterrestre”.

Aquel artículo, que recordó el papel de la ciencia ante las afirmaciones sensacionales, también diseminó la idea de que la lengua extraterrestre de Zagorski fue una superchería que no tuvo otro escenario que la mente del contactado.

Pero estas historias no terminan con hallazgos fascinantes como el de Galíndez, según el cual la gramática de Ganímedes es idéntica al castellano. Para mí, la fantástica obstinación de Zagorski por revelar al mundo su experiencia, y deslumbrar con una obra a la que dedicó considerable tiempo y energía, tiene el mismo valor histórico que la del científico que se ocupó de refutarla.

La increíble saga vivida por el traductor, el sacerdote y el coleccionista es parte del primer capítulo de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Editorial Sudamericana, 2009), un libro dedicado a indagar cuánto hay de humano en la experiencia extraterrestre y cuánto hay de extraterrestre en la cultura humana.

RAROS IDIOMAS NUEVOS. La creación de jeringonzas artificiales no siempre ha sido una afición ocultista. También ha buscado soluciones prácticas. El volapük, creado por el clérigo bávaro Johann Martin Schleyer (1831-1912), y el esperanto, iniciativa de otro polaco, el médico L. L. Zamenhof (1859-1917), pretendieron facilitar la comunicación entre diferentes culturas. Las dos lenguas fueron acusadas de “fomentar la conspiración sionista” por el nazismo. La primera casi ha muerto; la segunda sobrevive; en Brasil, curiosamente, es activamente promovida por el movimiento espiritista. Otras lenguas persiguieron fines artísticos. Xul-Solar (1887-1963) creó la panlengua y el neocriollo, J.R.R. Tolkien (1892-1973) jugó con el idioma élfico en El Señor de los Anillos (1954-55), Oliverio Girondo (1891-1967) creó su propio argot en En la masmédula (1956) y Charly García compuso Eiti Leda (luego Serú Girán, 1978). En una línea parecida, es irresistible mencionar a la lengua alienígena más popular del universo de Star Trek (Viaje a las Estrellas, Gene Roddenberry, 1966). Millares de fans de la serie adoptaron el klingon como segunda lengua. Sin embargo, nadie acusaría a los trekkies de tener sus facultades mentales alteradas: usan el idioma por hobby, devoción o para conversar con fans que comparten el mismo compromiso con la serie. La compañía de Roddenberry concretó proyectos heroicos.

En 1985, el lingüista Marc Okrand, creador del idioma klingon, escribió El Diccionario Klingon. En el 2000, el Instituto del Lenguaje Klingon, dedicado a su estudio y enseñanza, tradujo Hamlet, de William Shakespeare (1564-1616), al idioma oficial de Qo’noS, el planeta natal del teniente Worf. El kligonés es limitado: si alguien quiere hablar de otra cosa fuera de batallas galácticas, le faltarán palabras. Pero ya alcanzó la misma difusión que el esperanto. Sitios web como Google lo ofrecen como una lengua más. También sufrió equívocos que no tienen nada que envidiarle a mitologías espontáneas. En el 2003, la agencia Associated Press informó que funcionarios del condado de Multnomah, Oregon, buscaban intérpretes de klingon para un hospital psiquiátrico local. “Tenemos que dar información en todos los idiomas que hablan nuestros pacientes”, decía el cable. David Samuels, doctor en antropología de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, consideró que creerse un klingon no era imposible, especialmente si un fan de la serie sufría un brote psicótico. Samuels dio la versión por buena sin notar que la noticia era falsa. Pero la parodia fue tan sutil que desató una leyenda urbana.

¿Qué depara a los argentinos que esperan soluciones del cielo? Quién sabe. Pero una pléyade de contactados, ufólogos y profetas extraterrestres jura tener la respuesta.

Resumido y adaptado del primer capítulo de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Sudamericana, 2009)

Bibliografía consultada

Galíndez, Oscar A. «Criptoanalisis del varkulets», en revista OVNIS, Un Desafío a la Ciencia (1974), Nº 1, CADIU, Córdoba, pgs. 22/25.

Samuels, David; “Alien Tongues” (2005), en E.T. Culture: Anthropology in Outerspaces (Debbora Battaglia comp.) Durham, N.C.: Duke University Press. Pp.116.

Finkelstein, Seth. ‘Klingon Language’ Interpreter Urban Legend (2003).

(c) Alejandro Agostinelli. Publicado en revista Noticias Nº 1694, 13-06-09. Descargar nota original de aquí). Detalle sobre el dibujo del genial Fedhar que ilustra esta nota: el artista tradujo el texto («Martín Fierro») al varkulets. Resumen del Capítulo I de Invasores.

Enlaces

Comentario de Oscar A. Galíndez sobre Invasores.

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Hay pocas cosas tan interesantes -hablo de mi caso, admito que puede haber otras opiniones- como un buen debate entre ateos y religiosos, o viceversa. Disfruto más de estos debates cuando sé que en la tele están pasando Gran Cuñado, o cuando el noticiero habla sin parar del empate entre Chacarita y Vélez, como si en el mundo no estuviera sucediendo nada más importante. De los cientos de programas del género que ofrecen sitios como Youtube o Godtube tengo dos favoritos. Uno, Does God Exist?, que la American Jewish University presenta como “un debate sobre el papel de la religión y la fe en la sociedad”.

Este video es un gracioso match retórico entre dos antagonistas radicales que nunca pierden la compostura: Sam Harris, autor de Carta a una Nación Cristiana (RH, 2006), y El fin de la fe (Paradigma, 2007) y David Wolpe, rabino del Templo de Sinaí, también autor de varios libros y promotor entusiasta del diálogo con no creyentes: ya polemizó con Christopher Hitchens, Steven Pinker y Roger Cohen. Harris es un agudo comunicador, capaz de desarticular el argumento de su rival sin ofender en lo más mínimo su persona.
Wolpe dio razones más bien nebulosas para creer y Harris replicó que hay creencias que deberían ser tan respetables como las religiosas que “no entran en las universidades ni hacen temblar a las corporaciones”. ¿En qué difieren estas creencias con las de las religiones establecidas? En su mal aspecto. Por eso las cosas se ponen difíciles para los que creen que Elvis Presley está vivo. “Si alguien expresa seriamente esa creencia (en una charla, en una primera cita, en una entrevista laboral), esta persona inmediatamente paga un precio”, dijo Harris. No es que algunas creencias no prosperen por falta de adeptos, o porque sus fundamentos no son mejores que los de otras religiones, sino porque sus postulados son más vulnerables a la refutación.

En otro programa, emitido en 2007 por la cadena ABC (N. del A. 2013: que estaba online pero dieron de baja), los evangélicos Kirk Cameron y Ray Comfort, de la iglesia The Way of the Master, desafiaron a dos ateos a refutar sus “pruebas” sobre la existencia de Dios. Cameron y Comfort aseguraron que iban a dar pruebas de su existencia sin usar la Biblia. Brian Sapient, seudónimo del fundador del grupo norteamericano Rational Response Squad, y alguien más, se encargan de rebatir sus presentaciones. El desafío publicitó mucho a esta brigada de choque atea, que impulsa un movimiento de blasfemia activa desde 2006. (El grupo convoca a los ateos a «salir del placard», pero en los combates ideológicos que libran en los medios ¡usan seudónimo!).
Es tremendo ver cómo quedan pagando. Adivinen quiénes.

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Otro debate que sin desperdicio tuvo lugar entre Sam Harris y John Meachman. Lo publica Razón Atea.

Emisión completa de Does God Exist? (en inglés).


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El 10 de junio de 2009, el Tribunal Nº 1 de Morón consideró al padre Julio César Grassi -fundador de la Fundación Felices Los Niños– autor penalmente responsable del delito de abuso sexual, agravado por tener a su cargo la educación y guarda de la víctima. La sentencia no es firme, pero tampoco liviana. Recibió una condena a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores. Fue absuelto por las acusaciones de otros dos denunciantes, pero sus defensores todavía pueden apelar. Y sigue en libertad porque para el tribunal «no hay riesgo de fuga» del procesado –una medida excepcional que ya ha sido cuestionada por penalistas-. Luego, podrá ir preso.

Hasta aquí la noticia. Ahora, mi comentario: Raúl Portal, principal defensor mediático del sacerdote, siempre se mofó de los adivinos. Pero, a minutos de conocer el fallo, vaticinó: “Estoy feliz porque sé que el padre Grassi no irá a prisión”. El amigo del cura agregó: “Esta es una victoria dolorosa pero recuerden que nadie ganó un partido sin perder un set. Mirá lo que quedó del violador serial. Si te acordás, eran como treinta los chicos que lo acusaban, le decían ´violador serial´, ahora resulta que solamente violó a uno y dos veces, es un chiste”, le dijo a Mirtha Legrand. «¡Quedó uno. Fue uno sólo Julio!», dice La Nación que exclamó Portal, en referencia a que el tribunal aceptó solamente el testimonio de uno de los tres denunciantes.

Yo me pregunto: ¿Cuál es el chiste? Entre los que pueden tomarse este asunto a risa, ¿de qué se reirían? Si no entiendo mal, a Portal le alegra que Grassi -según los jueces- “sólo violó a uno y dos veces”. Ya sé: la condena no fue tan dura como algunos esperaban, el religioso sigue en libertad condicional y, para Portal, el sacerdote merecía ser declarado inocente. Pero, reitero, ¿cuál es la gracia? ¿Qué festeja Portal? ¿No había dicho hasta el hastío que iba a confiar en el veredicto judicial? ¿Hay algo que me pierdo? No entiendo. Juro que no entiendo. No voy a abundar sobre el caso Grassi. Voy a ver qué se me ocurre decir sobre “el caso Portal”.

PRENDO EL TIRAMERDIS. Digo que no entiendo, pero también puedo intentar algo. ¿Quién es Portal? Al parecer, un tipo convencido de la inocencia de su amigo. Nunca habrá nadie en el mundo capaz de convencerlo de que el padre Grassi es otro oxidado eslabón de la larga cadena de abusos sexuales que jalona la historia de la Iglesia Católica.

No tengo nada a favor ni en contra de Portal, por favor. Pero algunos recuerdos tengo. Por ejemplo, me acuerdo de su ardorosa adhesión al Proceso, estigma del que no se libró ni siquiera cuando reclutó para su programa PNP (Perdona Nuestros Pecados) a Federica, hija de Miguel Pais, un arquitecto secuestrado y desaparecido por la dictadura militar. O de Notidormi. Cómo olvidar aquel programa, que predicaba un optimismo militante -adobado con generosas raciones de escapismo terapéutico-, y de sus asertivas consignas morales: “¡Apaguen el tiramerdis!”, “¡Hop!”, “¡Todo maravilloso!”. Su oferta de alegría mayorista no era menos mala que la actual decadencia de la tele, que excedió holgadamente la de la era menemista. Pero su euforia, en aquel momento, contrastaba. Revistas como Humor lo acusaban de promover una lobotomía pública y de ocultar la realidad. (Vale recordar que su expresión “¡Abajo el caraculismo!” es deudora del periodista Aquiles Fabregat. El notable humorista creó el concepto “caraculismo”. Sin pedir permiso, Portal lo tomó de un artículo de Humor. Fabre, un caballero oriental, jamás se lo reprochó.)

Allá lejos también quedaron sus embates contra curranderos y manochantas, tan contradictorios como selectivos. En 1988 solía invitar a un programa de cable a un malandrín conocido como “profesor Lotito” (¿vale la pena aclarar que no era profesor de nada?) y en 1997 tenía a un columnista -un tal “doctor Kerschen”- que prometía enfrentar el cáncer con una sospechosísima medicación homeopática.
Pero Portal se ríe de las personas que dijeron que su amigo, el padre Grassi, las hizo sufrir. Sus relatos, por fin, se traducen en justicia. El sacerdote acusado de pedofilia y sus amigos ahora mandan secuaces rentados a victorearlo en los tribunales.

CARA DE PIEDRA GRASSI. Tengo otros recuerdos. Algunos exasperantes. Como los aprietes y amenazas que recibieron los testigos. O la cara del cura, petrificada desde la entrevista que Miriam Lewin le hizo para Telenoche Investiga. Su imagen victimizándose, una y otra vez, su imagen denunciando la existencia de un sórdido complot, una vez y otra, no dejará de repiquetear en la memoria colectiva de los argentinos.

Con todo, el servilismo mediático ya no parece rozar los niveles de escándalo que alcanzó hace algunos años. A fines de 2002, cuando obtuvo el régimen de libertad vigilada, Canal 9 musicalizó su salida con el Himno de la Alegría como cortina de fondo de la escena del cura y sus amigos, llevándolo en andas como si celebraran la resurrección del Mesías.

No sé por qué se me hace que la reacción de Portal, cuando dice estar feliz, cuando dice «fue sólo uno», piensa más en su amigo que en sus víctimas. Su profecía, opuesta a la orientación del dictamen, seguramente fracasará. Y ojalá que al cura lo sigan todos los que abusan de su autoridad para doblegar la voluntad de personas inocentes. Pero, si somos realistas, debemos tener claro que las cosas nunca serán así. En este tipo de casos, las evidencias son muy difíciles de reunir. Si los verdugos además son influyentes, más difícil todavía. Por eso me parece casi milagroso que el padre Grassi no haya sido absuelto de todos los cargos. Pero no estoy feliz por eso. Ni por ninguna otra cosa que tenga que ver con una historia que ha dejado a unas cuantas vidas destrozadas, especialmente la de los chicos que encontraron en la Fundación Felices Los Niños su único hogar.

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Una de las historias más delicadas e interesantes que me tocó investigar fue el caso de las acusaciones de abuso sexual contra el gurú indio Sri Sathya Sai Baba. El 5 y 12 de agosto de 2001, bajo el prudente título “¿Un dios pecador?”, el programa Zona de Investigación (Azul TV) emitió los resultados. Cinco ex miembros de la organización Sai Baba declaraban que el avatar manoseaba o abusaba sexualmente de sus fieles. Más tarde, en febrero de 2002, la revista Gatopardo publicó los entretelones de mi investigación. Y añadí cosas que pasaron poco después, como la apresurada visita al país del doctor Michael Goldstein, líder de la Fundación Mundial Sri Sathya Sai. Ese año, Goldstein viajó a Buenos Aires para defender al gurú de las escandalosas denuncias de los encumbrados ex seguidores de Baba de la Argentina, Estados Unidos y Suecia. Durante su conferencia, Goldstein regaló otra perla. Durante los atentados del 11-S, dijo, los devotos empleados en las Torres y en el Pentágono “no llegaron a sus trabajos a tiempo ese día”. En otras palabras, el avatar indio -en un alarde de mezquindad espiritual- se interesó en preservar las vidas de sus fieles y de nadie más. Por entonces, no ahondé en historias adyacentes que -si bien no eran menores- tuve que relegar. Además, las mejores historias no surgen por correr detrás de la primicia. Deben madurar.

MOROCHO Y ARGENTINO
Las asignaturas pendientes eran varias. Una de ellas: explorar la sorprendente conversión de los fundadores de la organización Sai Baba en la Argentina. Durante las entrevistas para aquel programa, Mónica Socolovsky, dueña de la empresa de modas Sathya, y el psicólogo Daniel Coiffman, introductores de Sai Baba en los años ochenta, me contaron que si bien seguían respetando a Baba, habían cambiado de gurú. El avatar de relevo era Ricardo Javier Ocampo. Era un calco de Sai Baba. También morocho, pero argentino. Le llamaban Ananda Baba o Maestro Amor y visitaba seguido la sede en Palermo de la Fundación Espiritualidad Práctica, presidida por Socolovsky y Daniel Salzman. En agosto de 2001, las noticias sobre el hombre corrían como aguas rápidas en el fandom new age. Durante la primera emisión de Zona de Investigación (el material era tanto que el informe se extendió en dos programas), atendí decenas de llamados que preguntaban o informaban sobre el nuevo mesías, riojano como el patilludo y con un número creciente de seguidores. Dios -afirmaban- ahora atendía en la provincia de Catamarca. Había nacido el 28 de junio de 1974, decía ser “madre y padre” a la vez y tenía charme, ese aura indefinible que llaman carisma. La divinidad había encarnado en un fornido maestro de Tai Chi que regurgitaba lingams, materializaba ceniza sagrada y joyas como su inspirador de la India. Socolovsky y Coiffman, fascinados con el gurú, se alejaron de la Organización Sai. También estaban algo molestos por las pesquisas de Leonardo Gutter, presidente de la Organización Sai Baba en América Latina. Gutter había viajado a la India para preguntar al swami por el riojano. “Es un buen simulador”, dijo Baba. Al regresar de la India, Gutter pidió la renuncia de quienes “tienen un pie en los dos botes”.

NI MASCULINO NI FEMENINO
“Soy la encarnación del Amor en forma consciente. Juego Mi papel a Mi manera. No Soy masculino ni femenino. Pero estoy en un cuerpo humano masculino, ya que éste es el cuerpo que Me permite lograr los Deberes Divinos. Pero cuando amo, no amo a un hombre o a una mujer. Cuando Amo a otros Me Amo a Mí mismo”, escribía Ocampo en un email que envió a sus seguidores el 19 de agosto de 2001. Durante dos años fui su sombra. Cada vez que bajaba a Buenos Aires, ahí estaba yo. Sus charlas eran interesantes. Ocampo había tomado nota del descreimiento hacia la clase política y tenía sentido del humor, un don esquivo entre los gurúes. Ocampo ofrecía un florilegio de chistes que dosificaba en sus conferencias y hasta se burlaba de sí mismo: “Mi mayor felicidad sería que no estuvieran aquí, no ser muleta de nadie”; “yo tendré éxito cuando me quede en silencio y nadie me necesite”. Nunca me quiso dar una entrevista. La última vez, me palmeó el hombro y me dijo: “Insiste. Pronto será el tiempo”. Yo pensaba: “Flor de vivo. Va a seguir debajo de la alfombra hasta que se disipe la mancha que tiñe de sospechas de pedofilia a su mentor”. Como no había caso, insté a mis amigos, los periodistas Daniel Riera y Viviana Giménez, por si les iba mejor que a mí. Tampoco resultó.

Para Ocampo, era prematuro dar entrevistas a periodistas imprevisibles. Pero, si pretendía crecer, no podía permanecer para siempre en la clandestinidad. Para eso, nada como atraer la atención de un animador obsecuente. Así llegó a Un mundo mejor, el programa de cable de Claudio María Domínguez. El ex niño prodigio fue el primero en entrevistarlo largo y tendido. (El arrobamiento de Dominguez por ciertos gurúes funciona como un chantómetro: si queda embobado con algún personaje, pronto se sabrá que detrás había alguna oscuridad. Sus favoritos siempre acaban en el ojo del ciclón: la Madre Teresa, Sai Baba, Alex Orbito y ahora Ananda Baba.)

¡AH, EL AMOR! En 2005, Sergio Carreras reveló por primera vez sus asuntos internos. “Una ex seguidora suya lo acusó de quitarle a su novio, tener sexo con todos los colaboradores varones cercanos a él, maltratarla psicológicamente al punto de casi llevarla al suicidio y de predicar una cosa pero hacer otra”, escribió el periodista de La Voz del Interior. El mismo gurú que me caía simpático por su estampa anti-gurú terminaba cargando con el sayo del personaje en el cual se había inspirado. Sus modales, ocasionalmente, eran autoritarios. “No vine a revelar una nueva religión –ya existen muchas–, tampoco a tener millones de seguidores… una sarta de tontos nunca entiende a su maestro ¿para qué?”, se preguntó en 2003, en una de las últimas charlas en las que participé. Pero el Maestro necesitaba seguidores. Sino ¿quiénes le iban a ayudar a construir su morada? El ashram está en un predio de 75 hectáreas en Colonia del Valle; y a pocos kilómetros de allí, en Miraflores, la residencia de Ocampo y el loteo donde construyen sus casas los fieles. Ambos parajes quedan cerca de la capital catamarqueña. Hace tres años, en la revista NEO, publiqué por primera vez estas informaciones (ver abajo). A su comunidad habían comenzado a llegar peregrinos de todo el mundo. Entre ellos, muchos argentinos devotos de Sai Baba que encontraron una encarnación divina más a mano, que les habla en su idioma, les canta canciones románticas y promete milagros en contexto ceremonial idéntico al de Sai Baba en la India. “Puedo ser madre, compañera, esposa, o enemiga. De esta energía proviene Mi dulzura al hablar, Mi docilidad al actuar”, proclama Ricardo Javier Ocampo.

TRES PÉTALOS EN EL OMBLIGO Ocampo, en su faceta de músico, es Ricardo Javier, a secas. Ya editó tres CDs: Amor Divino, Amor Tropic y Mensajes de Amor. Ediciones El Mensajero –su propio sello– publicó varios libros, entre ellos El poder infinito del subconsciente y Amor. Una Encarnación Divina. Dicta clases de Tai Chi, aerobic y se enorgullece de una biografía misteriosa. “Nací con tres pétalos de jazmín sobre el ombligo”, dice. Reveló a sus padres su naturaleza divina a los seis años. “Me desnudé, materialicé una túnica y me alejé de casa”. Luego vivió en orfelinatos y fue criado por militares. “Es uno de cinco hermanos. Su padre murió por alcoholismo y tabaco. Y no terminó la primaria porque supo que no necesitaba estudiar”, me explicó Juan Pablo Carullo, uno de sus fieles. En La Voz del Interior, Carreras publicó que la misma ex devota a la que le había robado el novio denunció que “llevaba una vida cómoda mientras su gente duerme en carpas y se alimentan a lentejas”.

¿ACTIVO O PASIVO? En su boletín El Camino, Ocampo define sin vueltas la interacción que mantiene con sus discípulos.: “Hay cuatro maneras de relacionarse con Mi energía: 1. Como amante conyugal. 2. Como amigo. 3. Como devoto activo o pasivo. 4. Como enemigo de campo”. Su ambivalencia sexual no sólo era un dato conocido: también parece ser parte de la religión. Para tranquilidad de sus enemigos de campo, aclaraba: “No me molesta si hablan mal de Mí, ni si hablan bien de Mí… Tampoco aparecí para comportarme como algunos desean que Yo me comporte. Tengo una libertad absoluta sobre Mi comportamiento y Me Responsabilizo por ello.”

Hoy, tres devotos de su círculo interno lo acusan de abuso sexual. También le pasan otras facturas. Desde travesuras ininimputables (el lavaje de testículos con aceite sagrado a mayores de edad entra en esa categoría) hasta malversaciones financieras. Todas picardías terrenales, ninguna del otro mundo. Algunos fieles se bajan en pos de la comodidad perdida y otros porque no soportaron una sensible instancia de su iniciación: beber su propia orina.

No queda otra que seguir el devenir de Ocampo de cerca. Ojalá su parecido con Sai Baba termine en la prestidigitación, su indumentaria anaranjada y el cotillón mágico. El río presagia malas noticias. Que ya no serán tardías.

Enlaces

«Pecado Divino». En revista Gatopardo (Colombia). Febrero 2002 No. 21. Pp. 44-61 & 120-121. Disponible online traducción al inglés.

Baba’ Sex Gate en la Argentina: Crónica de una investigación

Una mañana con Dios. Por Sergio Carreras

Maestro Amor. Un pedido de captura por una denuncia de abuso sexual lo bajó del cielo al mundano terreno de las noticias policiales. Por Sergio Carreras.

«Gurúes de exportación». Por Alejandro Agostinelli. Publicado en revista NEO Año 2 Nº 14 Mayo de 2006. Páginas 40-43. Descargar nota completa de galería.

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