Patricia Sosa, en la entrevista de Ari Paluch en el programa Tendencias (8/8/09, Canal 9).
Yo sé que unos cuantos lectores de este blog lo van a tomar en solfa, pero conviene hacerse a la idea: muchas de las personas que aseguran haber vivido contactos con seres alienígenas sufren cambios de conducta. A veces estos cambios incluyen su alimentación. La cantante Patricia Sosa, por ejemplo, se volvió vegetariana. Hace ocho años, ascendió a Los Terrones (cerca del cerro Uritorco, Capilla del Monte, Córdoba), para compartir con dos amigas un encuentro cercano. El objetivo era bastante explícito: la mujer que las guió a vivir la experiencia que indujo a Patricia a modificar sus hábitos alimentarios era una contactada.
Convengamos en que no debe haber nutricionista más persuasivo que una criatura del espacio exterior sugiriendo seguir una dieta lactovegetariana. Es más, sospecho que la naturaleza misma del consejo reduce en grado superlativo su monstruosidad. Contrariamente, en la abundante narrativa sobre encuentros cercanos no sobran casos donde los propios alienígenas recomiendan lechuga o milanesa de soja. Estas indicaciones en general proceden de quienes se postulan como intermediarios. De hecho, fue la contactada que acompañaba a Patricia Sosa quien le sugirió añadir ensalada a su vida. Pero no perdamos el hilo de la historia.
LUCES. El sábado pasado, en un programa de Canal 9, Patricia Sosa contó que -pese a que “mucho no creía”- cierta noche de 2001 vio cómo “cuatro naves sobrevolaban las copas de los árboles”. En realidad, un poco debió creer. De lo contrario no hubiese dedicado a los extraterrestres una canción: en el mismo reportaje recuerda haber visto a su primera nave “dos meses antes”, experiencia que le inspiró el tema Luces (que podés escuchar mientras leés esta nota).
Pero lo más interesante sucedió después, en su segunda experiencia; cuando, a pedido de la contactada, Patricia les cantó a “ellos” su canción. Ya impresiona imaginar la poderosa voz de la rockera cantando a capella, en el abismal silencio de las sierras, su himno al misterio. Pero su alucinante interpretación ante un improbable auditorio de otro mundo era nada más que el preludio: algo más increíble estaba por suceder.
LA CARNE INHIBE LA TELEPATÍA. Cuando Patricia Sosa terminó de cantar, “el cerro se encendió como una luz de neón y salieron por lo menos veinte naves”. Entonces, la cantante se preguntó: “¿Por qué a mí? ¿Por qué otra vez es mi voz la conductora de esto? A mí me hicieron saber que están (…) Y pensé: ‘¡Dios mío que se ilumine algo porque nos vamos a caer’. (…) Y cuando terminé de pensar, una luz me iluminó todo el camino. Y la señora, que iba adelante, se dio vuelta y me dijo: ‘¿vos sabías que la carne tiene una toxina que inhibe la telepatía? Deberías dejar de comer carne’. Cuando llegamos estuvimos llorando con mis amigas desde las cinco hasta las seis de la mañana, y dejamos de comer carne las tres”.
PARA LA VISIÓN MARXISTA, ZANAHORIA. Ya en los setenta, los peruanos Sixto y Carlos Paz Wells, fundadores de la Misión Rama, incluyeron en sus instructivos seguir “una alimentación sana, inclinándola al vegetarianismo” para “mantener el cuerpo limpio de impurezas”. El grupo halló en los vegetales el elixir que los preparaba “mental, física y espiritualmente” para recibir los “cristales de cesio”, como llamaban a una descarga de energía invisible que les iba a permitir entrar en contacto con los extraterrestres.
De ahí en adelante, el menú verde fue condición insoslayable para facilitar el encuentro con seres de otros mundos. Hábito que abarca a los marxistas de Men In Red (M.I.R.) un grupo contactista italiano inspirado en los trotskistas argentinos J. Posadas y Dante Minazzoli. Materialistas al fin, en su libro Ufologia radicale Manuale di contatto autonomo con extraterrestri (Castelvecchi, 1999, P. 166), el M.I.R. defiende incorporar zanahoria y arándano a la dieta para “mejorar el potencial ocular” durante las jornadas de cacería ufológica.
EL TABÚ DE LA CARNE. “Cuando la carne de los animales es asimilada como alimento por el hombre, le transmite, fisiológicamente, algunas de las características del animal a que pertenecía”, escribe Helena P. Blavatsky en Clave de la Teosofía (Kier, 2007, p. 239). Si bien es cierto que el vegetarianismo se origina en el budismo, el hinduismo y el jainismo, fue la Sociedad Teosófica fundada por Blavatsky -una religión occidental parcialmente inspirada en cosmogonías hinduistas- donde se encuentra el antecedente más crudo y directo que remite a la creencia de que la ingesta de carne conduce a la “animalización” del hombre. Su doctrina, poderosamente influida por el espiritismo, es uno de los más claros puntos de anclaje del contactismo contemporáneo.
Algunas vivencias proponen paradojas inquietantes. En la investigación que realicé para Invasores – Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Sudamericana, 2009, P. 248) tropecé con el curioso caso del peón rural Oscar Flores. Los ufólogos de La Pampa, Raúl Chávez y Ester Urban, siguieron el caso por una buena razón: Flores coció y cenó carne de vaca mutilada. “Durmió diecinueve horas seguidas”, me contaron. Luego “comenzó a desplazarse más erguido, sus dolores óseos disminuyeron y desapareció un leve estrabismo que sufría en su ojo derecho”. Contra todo pronóstico, Raúl y Ester no sólo desaconsejan esta clase de parrilladas: hoy abandonaron por completo el asunto.
EL BUEN ET PREFIERE TORTAS DE SALVADO. No es el sentido de estas líneas informar que estudios recientes confirman que los adultos mayores que consumen poca vitamina B12 se arriesgan a padecer atrofia o encogimiento cerebral. Sí lo es recordar que el alimento como portador de verdades celestiales aparece en los primeros relatos de encuentros con extraterrestres. La mañana del 18 de abril de 1961, Joe Simonton, un granjero avícola residente en Wisconsin, descubrió que un disco cromado había aterrizado en su patio. En el interior de la nave vio a tres hombrecitos que freían tortas sobre una parrilla. Le regalaron tres a cambio de una jarra con agua. Simonton probó una. “Sabía a cartón”, musitó. El doctor Joseph A. Hynek lo encontró sincero y, en nombre de Fuerza Aérea de los Estados Unidos, envió una porción al Laboratorio de Alimentación y Medicina del Departamento de Sanidad, Educación y Bienestar Público. El análisis de la torta extraterrestre concluyó que estaba compuesta de grasa hidrogenada, almidón, cáscaras de trigo negro, cáscaras de soja y salvado. A diferencia de Raúl y Ester, Hynek no consideró pertinente controlar cómo evolucionaba la salud de Simonton.
PARA LA HADAS, HARINA DE AVENA. Jacques Vallée, en Pasaporte a Magonia (Plaza & Janes, 1976, P. 53), comparó el caso de Simonton con el de Pat Fenny, un irlandés del siglo XIX que un buen día atendió a una mujercita en la puerta de su casa. Ella le pidió un poco de harina de avena. Tenía tan poca que le ofreció papas. Pero como quería avena, acabó dándole toda la que tenía. Al otro día, el recipiente estaba colmado de harina de avena. El testimonio de Fenny sobre el milagro de la multiplicación de la avena fue recogido por el antropólogo Walter Evans-Wentz en su obra The fairy-faith in Celtic countries (H. Frowde, 1911). Para un paisano conocedor, no cabía la menor duda. Esa mujer era una hada porque ellas no sólo hacen milagros: no comen nada salado y beben agua pura. Vallée, doctor en astrofísica (aunque para este libro pidió a sus editores disimular sus oropeles académicos), hizo notar que los extraterrestres le habían pedido agua a Simonton e indicó que la torta, tras el análisis, no había arrojado presencia de sal. Pasaporte a Magonia incluye otro dato sobre el cual Vallée ha preferido no insistir: según la tradición céltica, las hadas, cuyos encantos gastronómicos pretenden apoderarse del alma de los granjeros generosos, sólo comen carne fresca.
Agradecimientos:
A Marcelo Dosa por avisarme que iban a pasar la entrevista en el programa «Tendencias» y a Max Seifert por grabarlo.
Hombre de poca fe y muchos kilos. Después de los 40 años convertirse en vegetariano no es una cuestión espiritual si no una exigencia médico-vital. Otra cosa: el vegetarismo no es una cuestión budista: aunque los más ortodoxos lo nieguen y digan que fueron hongos, Buda murió de una indigestión después de comer un buen plato cuyo principal ingrediente era la carne de cerdo. Buen provecho iluminado. Cuando se den cuenta que la espiritualidad tiene más que ver con el placer y la alegría habrá más gente sincera y buena. No lo afirmo yo, pero el Buda lo sugiere; el no fue vegetariano.
Estimado Dangel: admito que la práctica del vegetarianismo entre los budistas es un asunto controvertido, y que entre muchos de ellos prevalece el criterio de «no dañar» a otros mamíferos (ya que no a seres vivos). Por lo demás, adhiero a su visión de la espiritualidad (aunque yo no necesito llamar a la búsqueda de la alegría y el placer espiritualidad). Ahora, ¿el vegetarianismo es una exigencia médico vital? Mmm… Le propongo discutir el asunto en la parrilla El desnivel de San Telmo.
Ser vegetariano es tan vital como introducirse una bala en el cerebro usando un martillo. El ser humano es un animal omnívoro (y no como los personajes de esta nota, que son ovnívoros), así que para estar sano tiene que comer ambos tipos de alimentos, en la proporción aproximada a la que los encontraría en estado natural, es decir, no tanta carne (cazar es difícil), algo de proteínas animales «alternativas» (por ejemplo, huevos y, puaj, insectos y gusanos) y frutas y verduras en una proporción mayor. El resto es puro cuento.
Y si bien no soy un experto en budismo ni mucho menos, tengo entendido que no es que sean vegetarianos sino que no pueden ser ellos los causantes de la muerte del animal que consumen (y, si tampoco me equivoco, es lícito pescar con anzuelo pero no con red porque en el primero es el pez quien voluntariamente se entrega al pescador).
Y, más allá que después esté disfrazado de precepto religioso, el supuesto vegetarianismo hindú es más bien una adaptación económica a una situación en la que una vaca es más útil viva que muerta (como animal de tiro y como productora de leche, la cual consumen con gusto y pasión). Pero creo que los miembros de la casta brahman pueden comer carne y que si una vaca muere por razones naturales es apta para el consumo.
Debería releer «Bueno para comer» de Marvin Harris para corroborar todo lo que dije, pero no tengo tiempo.
En cuanto a Patricia Sosa, calificarla de «rockera» es estirar mucho el alcance del adjetivo. Digamos que hizo algo cercano al rock en los 80, cuando era negocio hacer rock.
En fin.
Tener la tecnología para viajar por el vacío interestelar y usarla para hacer que unos pocos simios bípedos y lampiños coman avena y lechuga. La idea me parece absolutamente ridícula y cutre, excepto como apunte de religión comparativa.
(Corríjanme: la ambrosía de los dioses olímpicos era avena mezclada con leche y miel, ¿no?)
Saludos.
Hace poco contesté una pregunta en Yahoo respuestas diciendo algo muy parecido a lo que dijo Ale sobre el vegetarianismo. Recibí en mi correo una respuesta de un usuario, en principio aclarándome que la pregunta ya estaba resuelta (entonces no entiendía como la había leído si no fue publicada mi respuesta)y su mensaje fue el siguiente:
De: Montse50
Asunto: Vegetarianos – ¿Nutrientes en carne y lacteos?
Mensaje: La pregunta ya estaba cerrada.
Toda clase de proteína animal produce deshidratación celular porque para su digestión utiliza más minerales de los que aporta.
La deshidratación ceular es la causa básica de todas las enfermedades y aparece por falta de minerales, oligoelementos, agua y sal marina pura.
Te recomiendo el libro del médico iraní Dr. Fereydoon Batmanghelidj: «Los muchos clamores de su cuerpo por el agua», editado por Global Health Solutions, Inc. con él obtendrás información de como, que, cuando puedes hacer para evitar la deshidratación celular.
Más allá de si esto es cierto o no, recordé mis tiempos de «chateadora profesional» y supuse que así como lo hice yo para un servicio de SMS donde la gente creía que se escribía con usuarios o con expertos, depende de la situación, la que contestaba era yo junto con unos cuantos que necesitaban trabajar. Esto me sonó a algo parecido pero no tuve el tiempo de buscar el libro.
Conozco a gente vegetariana que vive muy bien, pero es gente que practica meditación y lo hace desde otro lugar. Y hace poco una amiga mía, bastante vinculada al alcohol y con más de 100 kilos que tomaba antidepresivos, comenzó a tratarse con medicina energética. El médico es recibido de la UBA, fue médico rural durante mucho tiempo y se especializó en medicina tradicional china y las líneas reichianas y neoreichianas (Wilhem Reich). De hecho, el primer libro que me abrío la cabeza fue «La revolución sexual» de Reich en mi adolescencia. La cuestión es que ella decidió hacer un ayuno que como mínimo debía hacerse una semana y como máximo dos. Para mí estaba rematadamente loca porque de donde venía a eso me pareció un despropósito pero ella me aseguró que iba a estar controlada por el médico. También le dije que entendía el tema del ayuno si estuviera en un templo zen, sin la vida ajetreada de nuestra ciudad, y me contestó que se había pedido una semana en el laburo para no exigirle al cuerpo lo que no podía dar y que esta limpieza actuaba a nivel celular. Bueno, le dije que la llamaría todos los días para ver como andaba.
Durante los primeros dos días tuvo hambre pero se lo bancó. A partir de ahí, si bien tenía necesidad de comer algo sólido ya que podía tomar toda el agua que quisiera, comenzó a sentirse muy bien. Hizo un proceso de desintoxicación muy profundo y se sensibilizó tanto que pudo comprender ciertos problemas personales. Cuando pasó una semana ella quiso seguir y el médico le indicó que hiciera lo mismo pero que incorporara caldo de verduras. Así logró completar la segunda semana y luego, poco a poco, fue incorporando lo sólido desde lo más liviano hasta las carnes.
Cambió notablemente. No toma alcohol, se cuida en las comidas, emocionalmente está muy bien.
Sin querer en absoluto parecer new age o algo por el estilo, hay tendencias médicas que trabajan desde otro lugar y no cierro mi cabeza a este tipo de cosas.
Saludos
Bueno, siguiendo la lógica de la animalización del que come carne, si comemos suficiente carne de vaca, acabaremos alimentándonos de pasto, volviéndonos así, vegetarianos…
Muy bueno el informe Alejandro. No dudo que de Argentina el más empapado del tema ovni eres tú! ;)
Con respecto a los vegetales y la alimentación, !qué se puede añadir!. Yo como mucho más vegetales, pero reconozco que mi dentadura tiene vestigios de un pasado evolutivo donde justamente no comiamos verduras ni trigo, sino carne.
La carne, según tengo entendido, desarrolló nuestro cerebro y nos otorgó la inteligencia.
Pese a que detesto la matanza de animales, debo estimar que ha sido útil para nuestra evolución y para ser lo que somos.
Un abrazo
¿Los extraterrestres le hicieron algo a Patricia? Se la ve radiante…
¿Por qué las buenas hembras así recién se ponen a buscar ovnis y espiritualidad cuando pasan de los 40? ¿Se imaginan a la hoy mística Zulmita en sus mejores tiempos fílmicos de «La cama», en noches de colchoneta en el Uritorco con la muchachada hambrienta no precisamente de vegetarianismo?
Aquella historia del prostíbulo galáctico, las pelirrojas alienígenas en Capilla del Monte, y la necesidad de chicas jovencitas y atractivas en los grupos espirituales…
¿Se entenderá alguna vez por qué los jóvenes prefieren las discos y los raves, y no esos ámbitos humanos de decadentes físicos buscando recuperación? PORQUE LA ESPIRITUALIDAD ES ABURRIDA, PÓNGANLE ROCK, Y SEXO COMO RAEL, Y AHÍ SÍ QUE EL CONTACTISMO SE RENUEVA.
[…] divinas- los ángeles se presienten, la vírgenes exhiben Su Gracia a un puñado de elegidos y se reconoce a un hada cuando una doncella sólo pide beber agua pura. En la misma línea, los extraterrestres ahora sólo […]
Alejandro! Como todos los caminos, conducen a Alejandro!! Soy María José Molina, quien en algún momento dí contigo preguntando sobre alimentacion ortomolecular, o alguna que otra pregunta rara, de esas qeu hago con frecuencia. Hoy me preguntaba que comen los alienígenas y dí con esto. Por que es realidad cada día me convenzo más que de agua y aire podemos vivir. Silvana! Te felicito, largo tu relato pero interesante, profundo y atractivo. Creo qeu si los alienígenas son seres elevados, espirituales y manejan las energías, los átomos y las moléculas, deben deben nutrier el campo magnético, me causa como mucha idea de fantasía lo de la tortita de salvado, la carne, la avena …
El llamdo respiracionismo o vivir de la luz, es algo que hoy encabeza en mis pensamientos la idea de alimentación superior y alimentacion del futuro.
Un saludo a todos y mis reverencias a tí Alejandro Agustinelli. Un capísimo!